El silencio enmudeció mi boca, mientras mi cuerpo temblaba como el primer día, pensaba y estaba segura, de no encontrarte en mi camino, por muy cerca que estuvieras, ni el destino, ni la vida permitirían verte, casi, un tratado conmigo misma, hasta que se revirtio, fué una especie de retroceder en la duda y la alegría, quería abrazarte y a la vez gritarte, quería contemplarte y a su vez molestarme, quería creer que estabas realmente, en carne y hueso, no, del espejismo, resulto, que yacía despierta, tras pellizcarme y decirme, he vuelto a verte, después de tanto tiempo.-deseaba que esa estación, se hubiera detenido, a fin de disfrutarla largamente.-Pero, en ese momento me quedé inmóvil, después de un saludo efervescente a nuestro amigo de años, al que acompañabas, y se quedaria, me abrazo, me elevo por los aires, diciéndome, cuánto tiempo! respondí, con el mismo afecto, tú estabas detrás...
-Una vez mis pies en la madera, de nuevo, volvieron mis ojos a tu figura.-mi mueca se desdibujo con algo de torpeza, mi cuerpo, inanimado e inerte y a quien quería zarandear, con mucho esfuerzo, yo, desde mi adentro retrocedía, con mi vos casi un susurro les pregunte, como les fue? todo bien?.- como si les viera todos los días, de todo el tiempo, mi carazón en ese momento era una sopa.-Y así poco a poco, mis pies, se desplazaban en retroceso, hasta perderte de vista...
Más tarde, nuestro amigo en vos alta, anunció tu partida.- y aunque quería decir algo, de mi boca, casi nada salía, solo unas pocas señales…
.-que estés bien.- Nácar, cuídate mucho!
.-Llevabas un sombrero de tela, color tabaco y tu barba larga
.-Colgaba de tí, una mochila, de errante
.-Habitabas, muy debajo del sombrero.- de ojos tristes y voz, muy callada...