miércoles, 12 de agosto de 2009

Miel en Nácar


Refugiada en su cuerpo, ya se iba el frio, tras el abrazo que una vez le brindo resguardo, no quería desengancharse, rodo cada instante por su mente, de lo que lloro sólo quedaron cosas aprendidas, ganó más todavía, a quilómetros de días, traspasando, compañías y soledades, hasta que el tiempo, trajo consigo el momento, escucho lo que tanto, anhelaba, todos los perdones, en sus labios.- ella, los acepta, se alivia.

...pero su corazón aún sigue triste