Andabas con una mueca en tu rostro pero no podía llamarla sonrisa, iba de oreja a oreja pero como mirando a la cámara, al lado estaba la otra, era la de ella, esa si era una sonrisa, pero muy grande, creo que podían sacar dos de mis sonrisas de esa sola de ella, no me refrescaba su rostro en mi cabeza, pero mejor era no tener memoria, así son las cosas de la vida, extrañas y misteriosas, muchas y para acabar, absurdas...
LUNA DE PIEL
Hace 21 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario