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...una vez mas volví a verla, y su boca me cercó de susto, era como haberse comido varias manos y al sonreír podía ver cada uno de sus dedos, por un momento me dio la espalda y sus cabellos llegaban a la cintura, eran muy pocos castaños, y así su trasero del tamaño de un asiento casi publico, cubierto de una tela roja estampada a flores y bacterias, si pudiera pedir un deseo y se me concediera, pediría, mejor no verla...
1 comentario:
Holaaaaaaaaaaaa
Que todos tus deseos se hagan realidad.
Besos.
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