La brisa me saludaba Preguntaba dónde estabas? Entonces les confesé, que no pudimos… No alcanzaron, los poemas Nones las rosas, ni los amaneceres Así, las conversaciones No resistió, tu ternura Sobro de la mía Tus ojos son de acuarela...
Ni en el inevitable defecto que es
la nostalgia de cosas pequeñas y tontas
Como en el tumulto pisarte los pies
Y reír y reír y reír,
Madrugadas sin ir a dormir.
Si, es distinto sin ti.
Muy distinto sin ti.
Las ideas son balas hoy día y no puedo
usar flores por ti.